¿Qué es?
Podemos entender la Asertividad como una habilidad dentro de lo que denominamos “Habilidades Sociales” que reúne las conductas y pensamientos que nos permiten defender los derechos de cada uno, ya que implica la expresión directa de nuestros sentimientos, pensamientos y necesidades, respetando en todo momento los derechos de los demás.
La Asertividad se considera un estilo de Comunicación, Respuesta o Conducta, pudiéndose diferenciar de otros dos estilos que son los siguientes:
- Estilo Pasivo: en la conducta pasiva la persona deja de lado sus propios derechos y antepone los de los demás, siendo su objetivo evitar un conflicto y/o pasarlo mal. Este estilo impide expresar los sentimientos, pensamientos u opiniones propias, transmitiendo con ello inseguridad, baja autoestima y un carácter débil y maleable.
- Estilo Agresivo: contraria a la anterior, supone anteponer los propios derechos a los de los demás, sin tenerlos en cuenta ni respetarlos y actuando de manera ofensiva, manipulativa y poco honesta. Este estilo supone un comportamiento brusco, prepotente, dominante e incluso humillante.
Como ha quedado expuesto, ni el Estilo Pasivo ni el Estilo Agresivo son conductas apropiadas, lo idóneo es elegir y transmitir a nuestros hijos/as un estilo Asertivo de Comunicación.
CÓMO EDUCAR EN LA ASERTIVIDAD
La persona que se comunica asertivamente, exponiendo sus opiniones, dando a conocer sus sentimientos y especificando lo que quiere y/o necesita, siempre respetando y teniendo en cuenta los derechos de los demás (llegando a negociar si es necesario), será una persona segura de si misma, capaz de desenvolverse en las relaciones sociales y que con toda probabilidad conseguirá interacciones positivas con su entorno.
Para ello, a continuación se ofrecen una serie de pautas:
- Tener en cuenta nuestro objetivo, lo que pretendemos cuando tenemos que comunicarnos de forma Asertiva, sin confundirlo con el sentimiento que experimentamos (enfado, rabia, decepción, etc.).
- Huir de juicios sobre las intenciones de los demás: si nos han hecho algo que nos ha dolido y pensamos que lo han hecho sin mala intención, podemos estar tentados a dejarlo pasar y no decir nada (Estilo Pasivo). Si juzgamos que lo han hecho con mala intención, vamos a atacar su “maldad” y no los hechos (Estilo Agresivo).
- Establecer una adecuada negociación: cuando nos comunicamos de forma Asertiva, teniendo en cuenta nuestros derechos y respetando los de los demás, es necesario acercar posturas y negociar soluciones. En ocasiones hay que hacerlo en el momento en el que surge la situación-problema, pero a veces ocurre que cuando el otro se va es cuando se nos ocurre aquello teníamos que haber dicho. Para ello es necesario crear la situación de negociación, buscando un momento y lugar idóneos, pues siempre hay una segunda oportunidad aunque haya que crearla.
- Preparar y ajustar el diálogo: el diálogo que vamos a establecer con nuestro interlocutor, tiene que cumplir una serie de requisitos para ser un diálogo asertivo:
- Tiene que describir los hechos concretos, de manera objetiva. Cuando describimos hechos que han ocurrido, el interlocutor no puede negarlos y así podemos partir de ellos para dialogar y hacer los planteamientos precisos. En este punto es donde más tenemos que evitar hacer los juicios de intenciones.
- Tiene que manifestar cómo nos sentimos y qué pensamos ante ese hecho. Es decir, comunicar de forma contundente y clara cómo nos hace sentir aquello que ha ocurrido y qué juicio moral o de pensamiento nos despierta. Es lo que la persona siente y piensa ante lo ocurrido. Le estamos informando al otro de cómo nos sentimos, no le pedimos que nos entienda o nos comprenda, pero sí que nos escuche.
- Tiene que pedir de forma concreta y operativa lo que queremos que el otro haga.
- Tiene que especificar las consecuencias. Es decir, aquello que va a ocurrir cuando haga lo que se le ha pedido. Se le podría plantear también las consecuencias que tendrá para él/ella no hacerlo, pero es preferible especificar lo que va a obtener de forma positiva.
Teniendo en cuenta lo expuesto, a continuación se ofrecen una serie de respuestas y comportamientos en la línea del Estilo Asertivo:
- CONDUCTA VERBAL: “Cuando tú… (hechos), me siento… (sentimientos), yo creo/ yo pienso… (pensamientos), comprendo que tú… (respeto de los derechos de los demás), pero yo… (exponemos nuestros derechos), a mi me gustaría… (expresión concreta de lo que queremos que el otro haga), de ese modo… (consecuencias), ¿Qué piensas?/ ¿Tú qué opinas?… (validación de los sentimientos y opiniones del otro)”.
- CONDUCTA NO VERBAL: hay que mantener la mirada, con un tono de voz firme pero no elevado, movimientos corporales serenos, con una postura corporal erecta y ofreciendo asentimientos hacia los argumentos de los demás.
Si nos “entrenamos” en el Estilo Asertivo, transmitiremos a nuestros hijos/as las estrategias y herramientas para comunicarse de manera efectiva, evitando enfrentamientos e intentos frustrados de conseguir sus derechos. Se convertirán así en personas seguras, con una autoestima ajustada y capaces de desenvolverse con éxito en la Sociedad.
Esperamos que les haya gustado nuestro artículo.
Belén Navarro Mollinedo
Jefa D. Orientación.