El primer medio educador y socializador para una persona es la familia. El niño arranca su desarrollo aprendiendo de sus padres y hermanos y respirando el peculiar ambiente de su seno familiar.
En familia aprende a comer, a vestirse, a jugar, a desenvolverse en el hogar, a relacionarse con otras personas,… en suma, a comportarse y desenvolverse en cualquier situación, incluidos los desplazamientos y juegos en la vía pública, donde los peligros se multiplican por la circulación y el tráfico.
La seguridad vial es necesaria en nuestra vida porque no somos capaces de vivir sin el tráfico. Necesitamos desplazarnos motorizados y además estamos dispuestos a pagar precios considerables por poder utilizar el coche. La educación vial entendida como un aprendizaje curricular, objetivo y formal se da en el entorno escolar en mayor o menor medida, de modo transversal o específico, continuo o esporádico. Sin embargo si la entendemos como parte de la educación cívico ciudadana, entonces debe partir tempranamente desde el seno familiar, siendo más informal pero quizás más emocional, y además la impronta que dejan en los comportamientos futuros del niño es muy significativa y duradera.
Por eso la familia puede forjar una buena base de actitudes y comportamientos seguros en la vía pública, resistentes a la contaminación de la rutina y la comodidad que desafortunadamente muchos conductores y peatones han contraído.
¿QUÉ OBJETIVOS Y CAPACIDADES DEBEN TRABAJARSE EN LA EDUCACIÓN VIAL EN FAMILIA PARA NIÑOS DE INFANTIL Y PRIMARIA?