Tras un tranquilo viaje en avión cambiándonos los asientos entre nosotros y con muchas idas y venidas al baño, nos vamos de la península.
En lo primero que nos fijamos al llegar fue en el McDonalds que había debajo del hotel y luego, por supuesto, en las vistas. Las habitaciones estaban bien pero ninguna como la de Gonzalo que tenía un patio que era el doble de la habitación de don Tomás y de muchos otros.
Las comidas en el buffet triunfaron como el fuet, pero Miguel Ángel y Juan era otro nivel porque literalmente arrasaban. Sus platos parecían el Titanic a punto de hundirse.
Nos encontrábamos en el Puerto de la Cruz. Parecíamos nosotros los extranjeros ya que la mayoría de los de por ahí eran o ingleses o alemanes. La playa era preciosa con la arena negra. Como anécdota Laura se puso chorreando y absolutamente todos nos hicimos fotos de “postureo”.
En el Loro Park vimos espectáculos de delfines, leones marinos y orcas. A Alex García, Javier Garrido, Gustavo, Erik, Laura García, Mara…les robaron tres euros en el espectáculo de las orcas porque alquilaron unas bolsas de basura por chubasqueros para ponerse en la zona de “splash”. Lo gracioso fue que se mojaron menos ellos que los que estaban en otras zonas para no mojarse. Los pingüinos eran adorables.
Ese día por la tarde sucedió algo gracioso. No fuimos a los lagos Martianez porque estaba chispeando y, sin embargo, sí que fuimos a bañarnos a la piscina del hotel.
La noche de la discoteca nos lo pasamos de maravilla. Íbamos todos muy guapos y descubrimos bailarines en potencia como el pequeño Bobby (Beltrán) y Carlos. Acabamos muy cansados y con agujetas sobre todo dos chicas catalanas que bailaban de una forma peculiar. Todavía hoy seguimos acordándonos de nuestra guía de viaje. La echamos de menos. Soraya tenía una voz preciosa que no podíamos parar de escuchar.
En verdad nos dormimos todos pero hubo una cosa de la que nos enteramos muy bien. Por donde pasamos se grabó ´´Fast and Furious«. Vimos el Drago milenario de Icod de los Vinos y conocimos un loro que tenía un genio…
La pobre Soraya se hizo un lío con la última fecha en el que el Teide entró en erupción(al que le pueda interesar este fenómeno ocurrió en 1798).Las vistas en el Teide eran preciosas y parecía que estábamos en otro planeta o en la Luna. Había una roca en forma de tacón. Desde luego es una experiencia inolvidable subir allí con nuestros amigos, compañeros y profesores.
Esa noche algunos fueron a la discoteca y lo que se encontraron fue con el imserso. Eran todos muy sanos con sus fantas y cocacolas. En el karaoke dejamos a todos los guiris impresionados con nuestro talento natural de canto gregoriano.
El sábado nos tocó visitar la Laguna y Santa Cruz de Tenerife. Por la mañana, en la Laguna, llegamos un poco cansados y solo paseamos, no pudimos comprar nada ya que no había souvenirs, sin embargo estuvimos cantando diferentes canciones por todo el pueblo mientras veíamos edificios y a la gente pasear. Poco después cogimos el autobús rumbo a Santa Cruz de Tenerife. El resto de la mañana nos la pasamos comprando allí, subiendo y bajando la calle de las tiendas 1000 veces. Algunas personas se gastaron más dinero en un mañana que en toda la excursión, como Álvaro Vargas, 100 euros en zapatillas y ni siquiera eran de su talla. Juan tuvo la gran idea de espantar a un grupo de palomas con su zapatilla, y al final acabo cayendo de culo al suelo. Después de ir de tiendas, comimos en el McDonalds de esa calle, para después volver a coger el autobús y dirigirnos a la playa artificial de las Teresitas, donde el agua no podía estar más fría.
El día siguiente fue el más esperado y deseado por todos, el Siam Park. Nos habíamos levantado muy temprano así que, como el trayecto desde el hotel hasta el parque era de una hora, muchos aprovechamos para descansar y montarnos en todas y cada una de las atracciones, y así lo hicimos. Desde el tobogán, el cual pasaba por un acuario lleno de peces y tiburones, hasta la piscina de olas con las ahogadillas y nuestro intento de “cabalgar” una ola.
Lo más divertido vino por la tarde, cuando nos dimos cuenta de que estábamos quemados cómo gambas. Bajando y subiendo escaleras para ver quién podía tener aftersun o aloe vera. Por suerte, Álvaro Beltrán compró un bote de aloe vera por 15 euros (que vaya timo) y fue el que usamos todos. Esa noche, algunos chicos de 4°A qué prometieron maquillarse, lo hicieron. La cosa iba bien hasta que Don Tomás nos descubrió y nos echó uno a uno de la habitación, ya que la mitad del curso estaba allí.
Después de todo esto, cada uno se fue a su habitación y nos fuimos un rato al parque del Charco, cómo no. Al llegar, aunque llegamos un poco tarde, aprovechamos para organizar la habitación ya que al día siguiente nos íbamos.
Y finalmente, el último día llegamos a desayunar un poco deprimidos porque sabíamos que al día siguiente nos tocaba volver a la rutina, después de la increíble semana que habíamos pasado todos juntos. Este último día se podría resumir en dos palabras: aeropuerto y autobús.
La conclusión de la excursión se podría decir qué ha sido: subir y bajar muchas escaleras, patatas fritas, tarta, calcetines con sandalias, llamadas matutinas de la recepcionista y mucha mucha diversión junto con una maravillosa experiencia.
Por último, solo nos queda daros las gracias a todos y cada uno de vosotros y vosotras, a 4°A y 4°B, por haber formado parte de este gran viaje y en conclusión, por haber formado parte de nuestras vidas estos 4 años. Porque ha sido nuestra última excursión todos juntos, y claramente, ha sido la mejor de todas.
Gracias también a Doña Pilar y Don Tomás por aguantar nuestras quejas y peticiones durante una semana entera, la excursión no hubiera sido igual sin vosotros.
Gracias a todos. Os queremos.